08 mayo 2007

Maestros progres en huelga

Ha empezado mayo con bronca de los maestros por una reforma del horario poco hablada y sin consenso. La Consellería de Educación sabe que le crecen los enemigos dentro y fuera de casa, sabe que en su propio entorno nadie le perdona ser el sector que está saliendo de rositas en todos los potenciales conflictos gracias a la responsabilidad de la mayoría sindical, aún así tentó a la suerte y lanzó el órdago modificando el horario escolar en septiembre y junio. El descontento fue grande y el intento de apagar el fuego con un acuerdo sindical mayoritario y respetuoso con los derechos de los profesores no fue suficientemente explicado. Es en este punto donde hay que pararse y reflexionar sobre las consecuencias del conflicto y su contexto, es decir, ¿a quién beneficia? Estamos en pleno periodo de matriculación en los centros públicos y, por supuesto, en los privados concertados. En plena captación de clientela entre las dos redes ¿qué estarán pensando los padres de las criaturas de tres añitos que no saben el horario, pero ya saben qué ropita vestirá su retoño y demás frivolidades por el estilo? Los que duden harán lo más lógico, que les garanticen la paz escolar y los mayores y mejores servicios. Por otro lado, ¿Qué día es? ¿Cuánto falta para el 27 de las municipales? Las respuestas surgen a mares y desde varios sectores. De forma que nos encontramos con una garra -que no sólo pinza- de múltiples uñas. Primero están los que quieren quemar al gobierno desde la leal oposición, es lo lógico, que se prenda fuego en sanidad y educación no le extraña a nadie, porque al electorado le duele. Por otro lado vemos al corporativismo tradicional, a los profesores acostumbrados a lo bueno y a lo malo; pero que sea el de toda la vida, una vida dura en los meses de curso y más aliviada al principio y al final; en ellos se apoya la derecha argumentando además ¿qué pintan los padres en todo esto? Y cuentan con el apoyo inquebrantable de sectores de la inspección educativa captada y gobernante desde tiempo inmemorial, hoy quintacolumna, al servicio de las urnas del PP. El sindicalismo corporativo, puro o disfrazado de nacionalismo, es el amarillismo de siempre, el de cuanto peor, mejor; aquí coinciden los popes populares y los prebostes nacionalistas que entre sus vendettas internas, sus odios externos y sus fobias estructurales, no dejan títere con cabeza a la hora de sacar tajada electoral. Pero lo que más me sorprende, es la postura de los progresdetodalavida que no saben distinguir una huelga de otra, que se apuntan a todo lo que pueda tener algún matiz de rojerío, sean las que sean sus consecuencias. Aquí sí que duelen prendas y no comprendo las razones. Siempre fueron la columna vertebral de la calidad del servicio público y ahora son hipercríticos con el supuesto gobierno amigo. Pero no hay que desesperar, como todos los comienzos del mes de mayo, se pone en cuestión la vigencia y oportunidad de los sindicatos, este año ha servido para saber qué hay de autonomía en cada uno de ellos. La independencia es imposible, pero la actuación autónoma es imprescindible.

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