24 octubre 2017

La risa del conejo


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/10/24/risa-conejo/1229017.html


"El nacionalismo es la extraña creencia de que un país es mejor que otro porque tú has nacido ahí".
George Bernard Shaw
Como a estas alturas ya no me llaman progre y, frecuentemente, sí me doctoran por lo contrario, me soltaré las canas que quedan para recordar reflexiones aprendidas de joven y sin usar durante mucho tiempo, para ser políticamente correcto. Ya decía Baroja lo poco bonito que es sustituir, con un problema casero, los grandes problemas que padecemos, él solo veía en el nacionalismo la vanidad, la antipatía y el interés. Conste que esto solo me viene al magín por culpa del Brexit y los problemas de la primera ministra Theresa May para pagar la factura de ser distintos. No vayan a creer que me consuelo por ser maketo, un señor moreno y bajo, lujurioso e irreligioso, según Sabino Arana; tampoco estaba tan descaminado el prócer vasco.
Siempre me pareció Josep Pla un tipo pragmático y modernizador, que contaba magníficamente lo que veía, aunque ahora sus paisanos no lleven flores a su tumba; seguramente será porque su fino humor sigue siendo molesto, como cuando dijo: " El nacionalisme es com un pet, no més li agrada a qui se´l tira" ("El nacionalismo es como un pedo, solo le gusta al que se lo tira").
La heterodoxia es una sana costumbre que conviene cultivar, suele ser una prueba del algodón para saber si vas bien orientado viendo llegar los golpes; al bueno de George Orwell le cayeron de todos los lados y seguimos leyendo 1984 o recordándole cuando señalaba: "El nacionalismo es hambre atemperada por el autoengaño (...) no solo desaprueba las atrocidades cometidas por su propio lado, sino que tiene una extraordinaria capacidad para ni siquiera oír hablar de ellas". Tampoco suele salir indemne Aldoux Huxley por haber difundido la idea de que tanto el capitalismo como el nacionalismo son fruto de la obsesión por el poder, el éxito y la posición social.
Seguramente todos ellos hayan sufrido las influencias nocivas de Nietzsche cuando sostenía que "la ciencia y el nacionalismo son cosas que se contradicen, aunque los monederos falsos de la política nieguen ocasionalmente ese saber".
Mas permítanme acabar el folio haciendo patria, es un decir, recordando y recomendando las crónicas de Julio Camba, gran figura del humor inglés que, desde Berlín, París, Londres, Nueva York, Roma, Lisboa, Estambul, y sin saber idiomas, todo lo percibía con una ironía perpleja. Hoy puede venir a cuento refrescar cómo cuenta la intervención de Ortega en las Cortes afirmando que los conceptos de autonomía y federalismo no eran análogos, sino opuestos. Para Camba no era lo mismo ensamblar las piezas de un puzle que coger un cuadro y hacerlo añicos, al objeto de crear un puzle.
No sé yo en qué estaría pensando Camba cuando sostenía que todos tenían una verdadera risa de conejo, sin conocer a Rajoy ni a Junqueras. Yo, en ocasiones, me la veo en el espejo.

17 octubre 2017

Puestos a sentir, reivindico mi independencia


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/10/17/puestos-sentir-reivindico-independencia/1226807.html

Creo no ser el único que sufre hartazgo con tanto sentimiento visceral, no es que mi capacidad de sentir se haya debilitado o me haya convertido en insensible; pero sí estoy dolorosamente harto de que mi ciudadanía, mis derechos individuales se pisoteen sin pudor.
Cuando hablo de mis condiciones de vida, de mis libertades, de mis derechos, no quiero ser beneficiado por los sentimientos que fluyan de mis neuras, quiero que todos seamos tratados equitativamente, aquí y en Berlín. Seguro que ya están pensando que persigo objetivos ambiciosos, es cierto; pero también podrían ser los mínimos que conociera Europa en los pocos años que nos quedan a los que la hemos visto nacer. No son sentimientos, es raciocinio cabal; en Santoña, en Algeciras, en Burriana y en Lugo; en Sicilia, en Babiera, en Escocia y en Praga debemos tener el mismo acceso a los tratamientos médicos, a la misma tecnología aplicada a la educación, independientemente de donde nos hayan firmado la partida de nacimiento o de dónde hayamos encontrado un lugar para pacer; pero, por ejemplo, con la tarjeta sanitaria europea atendemos y nos atienden en cualquier lugar de Europa, mas con la tarjeta sanitaria autonómica depende del lugar en el que tengamos el esguince para que seamos vendados en condiciones.
Cada vez me siento más independiente de los postulados que defiende cierta izquierda contaminada por intereses territoriales y fronterizos, antes que defender los intereses de su clientela, los menos favorecidos.
Algunos parece que aún siguen las perlas de Heribert Barrera, presidente de ERC en 2001:
"Veo el futuro un poco negro. Si continúan las corrientes migratorias actuales, Cataluña desaparecerá". "Hay una distribución genética en la población catalana que estadísticamente es diferente a la de la población subsahariana, hay muchas características de la persona que vienen determinadas genéticamente, y probablemente la inteligencia es una de ellas", "El único recurso que tendremos para subsistir [si Cataluña no se separa del resto de España] es ser un grupo étnico, una minoría nacional en el territorio de Cataluña".
Con este tipo de declaraciones se entiende que uno de los primeros políticos que rindió homenaje a Barrera tras su muerte fuera el líder de la xenófoba Plataforma per Catalunya, Josep Anglada, y por Jordi Pujol y Marta Ferrusola, con semejantes y parecidas expresiones.
Resulta absolutamente inaceptable que los partidos y formaciones de izquierda en Cataluña y demás taifas se alineen con semejantes personajes y sus secuaces en la sombra, como Artur Mas, que, a mayor abundamiento, han demostrado que su principal objetivo al detentar el poder es apropiarse de los bienes de todos para su mejor beneficio.

La obsolescencia es el cajón de los tristes

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En recuerdo de Marta Mata
Cuando me documentaba, sin ser muy feliz, cayó en mis manos un ejemplar de la obra de Edgar Faure, Aprender a ser (1972); aquello me venía grande hace más de cuarenta años. El autor, presidente de la Unesco, recopilaba los datos más relevantes de escolarización y distribución de los recursos destinados a la enseñanza a nivel mundial y sentaba las bases para lo que debería ser la práctica educativa en lo sucesivo, tanto en función del desarrollo económico y social, como en función del crecimiento personal del individuo. Lógicamente, en aquel momento, para mí era ilegible hasta el propio título. ¿Cómo se puede aprender a ser leyendo un libro? Tardé en saber que el autor hablaba de un modelo, alternativo a la educación tradicional, basado en "aprender a aprender" por culpa de la obsolescencia de los conocimientos.
Pasaron años hasta que llegó el informe Delors, La educación encierra un tesoro (1989) cuando ya las TIC llamaban a la puerta, a la que el cartero nunca llama dos veces, obligando a tener esquemas movibles aplicables a situaciones contingentes, ese era el objetivo y era allí donde el quehacer educativo se enfrentaba a una realidad para buscar nuevos saberes, el pensamiento crítico y el respeto a la diversidad que dejaban obsoletas a las viejas instituciones.
Unos por otros la casa sin barrer. Irina Bokova (2015) presenta Replantear la Educación. ¿Hacia un bien común mundial? Frente a la obsolescencia proclamada medio siglo antes, patéticamente, muchos responsables se empeñan en remar contra esa denominada "nueva educación", ¿quizá todos los gobiernos eran conscientes de que la educación es un arma de construcción masiva de libertad individual y colectiva que no querían poner en manos de la ciudadanía?
A lo peor es cierto que se ha usado mal el recurso en cuestión y que ni la burocracia administrativa ni los idearios sectarios han tenido en cuenta a Faure o Delors, pese a que gozan de buena salud las evidencias que todos los expertos reclamaban preguntándose si era posible desarrollar una educación integral para la persona (ser y saber) que preparase para el futuro.
Entonces crear ya era la clave del nuevo aprender, la obligación era alejarnos del reduccionismo pedagógico que suponía dedicar los tiempos y los esfuerzos en dominar técnicas o adquirir información, algo que -ya entonces- se veía venir como ineficaz, al comprender que los alumnos podían hacerlo por sí mismos. Lo aprendíamos de Cataluña del movimiento Rosa Sensat que promovía la socialista catalana Marta Mata, gracias a ella leíamos algo en catalán, descubríamos a Freinet y el movimiento cooperativo; pero poco después la realidad nos descubrió tristes y obsoletos. Lástima que el sectarismo y burocracia lo malograsen.

Tal y como están las cosas ¿nos bajamos?


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Ante la posibilidad de despiece de la túnica sagrada, la nación real de los ciudadanos debería optar a elaborar una túnica laica y no reclamar una parte de la reliquia
M.V. Montalbán 17/2/2000
Antes de esta reflexión, M.V. Montalbán ya me había dado a entender que el estado-nación no gozaba de buena salud, ni el del nacionalismo español ni los que se reinventasen al abrigo del carlismo de Casanova y otros tantos a los que se les hacen ofrendas florales una vez al año, el 11 de septiembre o cuando les toque.
Tampoco sé hasta dónde habrá llegado la resaca del 1-O en Cataluña, tampoco me gustan los referendos, ni legales ni ilegales, siempre tienen trampa, la que el convocante tiende a los votantes para que acudan a celebrarle la ocurrencia.
Era un renacuajo en 1964 cuando el Che hablaba ante la ONU, Mao daba doctrina, se notaba el baby boom, sonaban Los Sirex y Conchita Velasco, las faldas eran más cortas y a Manolo Escobar no le gustaban; pero también CCOO denunciaba las injusticias en las minas asturianas; mientras, un tragicómico Manuel Fraga montaba la campaña propagandística del franquismo, los 25 años de victoria, llegaba el turismo, el 600 y el Spain is different. No importaban ni la ejecución de Grimau ni la guerra de Ifni, el TOP o las represalias por el Contubernio de Munich. Había empezado con el Te Deum en el Valle de los Caídos y terminado con la película Franco ese hombre salvándonos del comunismo. Menos mal que Marcelino le metió un gol a la Rusia, ondeando la hoz y el martillo en el Bernabéu.
Recuerdo más claramente elecciones del tercio de cabeza de familia llenando a paladas las urnas de papeletas, alguno sin saber si era candidato o simple votante. Todo eso fue una simple y burda manipulación de sentimientos y estómagos que aún recordaban las cartillas de racionamiento.
Avanzando en el tiempo, la huelga general masiva del 14-D podría haber sido considerada como plebiscito -no fue así-, los guardias de la porra se ganaron el sueldo y los nacionalistas estaban desaparecidos limpiándose los ombligos, porque la nación de los ciudadanos de Habermas sostenía "la prioridad de la nación real de los ciudadanos, sobre la imaginaria nación de los miembros de una comunidad histórica y étnica". Los nacionalpujolistas han de hacérselo mirar, su normalización, lingüística y de las otras, y su hegemonía no siempre tendrá sustento legal ni social, porque la política de hechos consumados y no consensuados ha aplazado el protagonismo de la nación real de los ciudadanos, puesto que los votos no se depositan sin haber explicado lo que se vota; puesto que la policía cobra para perseguir chorizos y violadores, puesto que los juzgados han de priorizar sus labores, puesto que los presidentes de los gobiernos han de gobernar olvidando la campaña electoral.
Parece que hoy los nacionalistas gobernantes convocan huelga general, ¿Es por las pensiones? ¿Por la renta básica? ¿Contra la reforma laboral? No creo, supongo que será por sentimientos. Lo siento.

26 septiembre 2017

Sigue habiendo pobres sin patria, oigan


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/09/26/sigue-habiendo-pobres-patria-oigan/1220532.html


(...) Miles de niños y nadie allí para cuidarlos, nadie grande, eso es, excepto yo. Y yo estoy al borde de un profundo precipicio. (?) si algún niño echa a correr y no mira por dónde va, tengo que hacerme presente y agarrarlo. Sería el encargado de agarrar a los niños en el centeno. Sé que es una locura; pero es lo único que verdaderamente me gustaría ser.
Reflexión de Holden Caulfield, protagonista de 'El guardián entre el centeno', J.D. Salinger


Ahora que todos se preocupan de los sentimientos, se movilizan por los sentimientos, se embadurnan de identidades, ahora que andan buscando como locos a topógrafos que delimiten claramente las fronteras, quizá sea el momento adecuado para detenerse y mirar alrededor, no importa de qué lado de la raya divisoria ni al borde de qué precipicio estemos.
En un contenedor de basura urbano un hombre pobre, excluido de las bondades de la sociedad, encontró a un bebé recién nacido, de pocas horas; gracias a su aviso la criatura vive, no ha caído al precipicio y su rescatador sigue buscando chatarra en los contenedores, el guardián entre los desperdicios.
En las dos trincheras de la demagogia hay pobres que no despiertan sentimientos, que no agitan banderas, que comen caliente cuando hay una oportunidad, que hablan como les da la gana; pero normalmente no hay nadie que les escuche.
No saben nada de los 40.000 millones de euros, o los que fueren, del rescate a la banca, no saben nada de los pufos, condenas escurridizas, desfalcos y atracos de los cabecillas a ambos lados de las fronteras. Los más afortunados sabrán algo de rentas de inserción, de beneficencia, de almuerzos de caridad; pero todos siguen pendientes de lo bien surtidos de basura reciclable que estén los contenedores, la chatarra no tiene idioma ni pasaporte, nadie les pide la factura de los ferranchos rescatados esta noche, ni si son de contrabando. Ni las sociedades de las banderas ni sus gobiernos quieren aplicarle el IVA a la desvencijada silla de playa de hierro oxidado o a los gramos de cobre del motor de aquel juguete abandonado. Ellos también son juguetes abandonados y les importa un higo todo el entusiasmo que desbordan y derraman las almas cantoras y abanderadas que abarrotan plazas y calles, que les ignoran, que no son de su clase, que no se pueden mezclar así como así. A fin de cuentas aquellos que vociferan fabrican hijos de pura raza y, si alguno tiene la mala suerte de aparecer en el contenedor de basura, siempre hay un sin patria para rescatarlo y buscarle quien le dé refugio al amparo de alguna bandera y le enseñe alguna lengua. El idioma de los contenedores de basura y de los usufructuarios de sus beneficios es universal, afortunadamente para ellos. Es lo único que tienen, mientras rescatan bebés.

25 septiembre 2017

Mi filosofía


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/09/19/filosofia/1218492.html

Evidentemente no quiero castigar a nadie con un sermón sobre los principios éticos que me gobiernan. Todo es más simple -solo un recuerdo de mi Bachillerato hace 45 años- en estas fechas en las que se reivindica de nuevo, con sobradas razones, la asignatura en el Bachillerato actual. En aquel viejo sistema educativo que perduraba aún en los primerísimos años setenta llegábamos a sexto de Bachillerato para titularnos después de la reválida. Los de letras y los de ciencias, todos -y no digo todas, porque no convivíamos en las aulas- nos encontrábamos con una nueva asignatura, la filosofía, y un nuevo libro de texto que no recuerdo haber abierto nunca.
A don Luis ya lo conocíamos por tratar, con mucho esfuerzo y escasa metodología, que memorizásemos la historia de la literatura; pero nadie pensaba encontrarlo como profesor de filosofía, no por un temor especial -pues era benigno calificando si dominabas el arte de las aves charlatanas- pero había incertidumbre.
Había razones para tal sensación de indefensión ante la novedad; comenzaron las clases y nuestros esfuerzos se vieron obligados a memorizar las figuras de los silogismos de la lógica aristotélico-tomista, es decir, un baño de escolástica para grabar a fuego: barbara, celaren, darii, ferio, cesare, camestres, festino, baroco, darapti, disamis, datisi? Disculpen si el orden es incorrecto, si faltan figuras? es memoria pura y dura.
Evidentemente no supimos nada del pensamiento de Aristóteles, ni situarlo en el mapa ni en el tiempo; tampoco de Tomás de Aquino y mucho menos de Descartes, que lo desbarata todo. Así vegetamos meses esperando superar la maldita reválida.
El resto del curso lo pasamos pasmados escuchando a don Luis hablar de sus intereses y sus últimas lecturas. Quiso poner buena voluntad para explicarnos los rudimentos del psicoanálisis, de Edipo, Electra, la interpretación de los sueños, siempre evitando -no podría ser de otra manera- cualquier referencia a la sexualidad. Para muestra valdrá un botón, acabé aquel Bachillerato sabiendo, más o menos, que [ Froid] era el protagonista y qué era el subconsciente; pero tardé un par de años en saber que aquel [ Froid] era Freud. El final del curso se dedicó a la parapsicología, a las curiosidades que aquel buen hombre estaba investigando y con las que nos dejaba embelesados, muertos de curiosidad.
En resumen, sí tuve un curso de filosofía; pero los recunchos grabados en mi memoria no me aportaron herramientas para entender el mundo, sigo buscándome la vida. Por lo tanto solo espero que los adolescentes de hoy no tengan las mismas carencias y disfruten del conocimiento, del pensamiento crítico y de su autonomía personal o de su autodeterminación, como prefieran, para defender sus derechos ciudadanos.

No molan las fronteras ni las naciones


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/09/12/molan-fronteras-naciones/1216452.html

La nación es un sistema de egoísmo organizado. La idea de nación es uno de los medios soporíferos más eficaces que ha inventado el hombre. Bajo la influencia de sus efluvios, puede un pueblo ejecutar un programa sistemático del egoísmo más craso, sin percatarse en lo más mínimo de su depravación moral. (Rabindranath Tagore)
Hasta hace unos días pensaba que nuestra misión fundamental era arreglar los problemas de Venezuela, por activa o por pasiva; aunque los venezolanos, todos, no se dejaran ser gobernados por, no sé, por nosotros, por nuestros jefes; en fin, qué más da, ya no se gasta tanta tinta metiendo las narices allí; pero tanta Venezuela acabó por recordarme a Cela y su obra La catira (1955), un encargo pintoresco del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, pagado a peso de oro, que acabó en fiasco, despellejado a ambos lados del charco. Cela salía de su casticismo chocarrero, infantil, vanidoso y cursi de la posguerra, antes de ingresar en la RAE (1957), un Cela claramente desarrollista.
Su objetivo es la invención venezolana de la etnia llanera y La catira fue una superchería dialectal que no soporta la comparación con Doña Bárbara, del presidente Rómulo Gallegos derrocado por el mecenas de Cela. La catira chocó con un nacionalismo rampante indigenista, con el Canto General de Neruda y con el cóctel criollo y paternalista en Venezuela, la República Dominicana de Trujillo o en la Cuba de Batista.
La dictadura de Pérez Jiménez trataba de promover la imagen de Venezuela en el extranjero, en la España de Franco, de los canarios y gallegos; con ella trata de que se inicie la epopeya fundacional de Venezuela, la novela del Nuevo Ideal Nacional, con el foco en el liderazgo de Pipía (Primitiva) Sánchez, conocida como la catira, rubia, blanca, de mucho carácter, con amor a la tierra y su riqueza, a los valores llaneros y conservadores, el culto al pasado, la lealtad al jefe, el arrojo personal, el machismo y la fuerza. La catira está al servicio del poder del nacionalismo perezjimenista, ya entonces bolivariano, y del viejo concepto de la Hispanidad neoimperialista de Franco, que poco coinciden y lógicamente chocan.
Que conste que no quería hablar de lo que pasa por aquí; pero veo que se quiere presentar el nacionalismo como algo natural, todos tienen patria, sin autonomía de pensamiento, sin el derecho a no creer, básico para la convivencia en libertad, yendo al choque de nacionalismos, sin diálogo, negociación o compromiso, que nos transforma en imbéciles, leves o graves, forofos o aficionados al degüello; sin ciencia, el nacionalismo atonta incluso a los que presumen de origen carolingio, no estaría mal recordar a Rosa Luxemburgo (1908) cuando afirmaba que: "En la sociedad no existe la nación como entidad socio-política homogénea, sino que en cada nación hay clases sociales con intereses antagónicos".