14 abril 2017

El 'efecto Streisand' o el cochino mal capado

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/04/11/efecto-streisand-o-cochino-mal/1170567.html

Últimamente parece que vivimos tiempos agrios, en los que a todo se le buscan las vueltas, se malinterpreta y hay que llevarlo al juzgado, como si allí no tuviesen más faenas importantes que ocuparse de mensajes de texto malsonantes, chistes anticuados, burlas más modernas y frivolidades varias. Además creo que está ocurriendo lo que desde hace años se viene llamando efecto Streisand; desde que en 2005 Barbra Streisand denunció a Kenneth Adelman por hacer fotos aéreas en las que aparecía su casa; por supuesto, solo consiguió que un hecho intrascendente pasase a tener gran repercusión mediática, es decir, le salió el cochino mal capado o el tiro por la culata, como gusten usar el refranero.

A poco que hagamos memoria nos llegan al magín persecuciones como la de la inquisición contra el Lazarillo de Tormes convirtiéndolo en un fenómeno sociológico en su tiempo, ediciones clandestinas e, incluso, manuscritas.

También recordarán el berrinche que pilló el magnate de la prensa William R. Hearst cuando lanzó toda su artillería periodística contra Orson Wells y Ciudadano Kane por verse, lógicamente, representado en la película. Hoy todos recordamos a Wells y a Kane, pero pocos a su inquisidor.

Retocar las fotografías para que desaparezcan personas inconvenientes también es viejo truco, desde la famosa arenga de Lenin en la que originalmente aparecía Trosky a la derecha del estrado, hasta que desapareció, primero de la foto y después del mapa; hasta la retocada imagen de la entrevista de Franco y Hitler en Hendaya, que hubo de ser recompuesta por la escasa estatura de nuestro dictador.

Internet y las redes sociales cada vez dan más sustos, recuerden por ejemplo a Mariano Rajoy y su famoso vídeo Viva el vino, que se quiso hacer desaparecer, que se quiso doblar, que se quiso enmudecer y solo aumentó su difusión.

Secuestrar la revista El jueves hace años por una caricatura de los príncipes en situación íntima, hizo florecer reproducciones en todos los medios legales o no.

No sé si alguien piensa que le hace algún favor a las víctimas del terrorismo juzgando a la gente por reproducir antiguos chistes de Carrero Blanco o del Valle de los Caídos, se equivoca, porque la verdad es que el efecto llamada va camino de dejar al Streisand en mera anécdota, casi les sugiero a los de la secta paramilitar El Yunque, su pantalla HazteOír y demás hierbas, que busquen otra táctica.

Que se ocupe tanto espacio en las noticias con estas aparentes cortinas de humo para desorientarnos, es grave, pero es más aún cuando son verdaderos aludes de nieve para sepultarnos; pero creo que ya es un poco tarde para ahogar la libertad de expresión. De todas formas puede ser que reverdezca el tono de La Codorniz, aquella revista que se publicaba cuando reinaba un fresco general llegado del N.O. y se enseñaba la regla de tres con el sillín es a sillón como cojín es a X y me importa 3X que me cierren la edición.

Los centros educativos en femenino

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/04/04/centros-educativos-femenino/1168340.html

Como todo el mundo, uno ha trabajado en sitios muy raros, uno de ellos era una especie de academia de pisos, muy céntrica, cuyo nombre hacía referencia a los espíritus celestes creados no se sabe bien por quien, y, en particular a los que pertenecen al último de los nueve coros; pero en su original nombre no se hacía referencia a su género ni a su sexo. Ir allí no costaba trabajo, pese al ínfimo salario y a los prepotentes niños pijos que pagaban la mensualidad.

Dejando atrás anécdotas que poco vienen al caso, pongámonos de acuerdo en la poca importancia se le suele dar al nombre de un centro educativo; incluso los más antiguos conservan referencias poco concordantes con la Ley de Memoria Histórica, cuando no son claramente ilegales. Afortunadamente van quedando menos casos, pero la memoria no falla y aún recuerdo sargentos provisionales, generalísimos, innombrables ministros y el santoral completo.

Así mismo, nos encontramos con gran cantidad de centros que se denominan simplemente haciendo referencia al lugar de su enclave; no es intrínsecamente negativo, pero se desperdicia la ocasión para vincular el centro a un personaje destacado, propio del lugar o no.

La reflexión que quiere introducir este folio va dirigida a las comunidades educativas de los centros escolares sugiriendo que mediten con más detenimiento la elección del nombre del centro.

Constatamos que el número de colegios e institutos con nombres que homenajeen a mujeres destacadas en su tiempo, en cualquier actividad, es escasísimo. Por supuesto, y sin restar méritos, puede parecer que no hay más mujeres que Rosalía, Pardo Bazán o Concepción Arenal, que sin duda han de seguir teniendo sus reconocimientos; pero desde hace tiempo barrunto y observo que conviene que salgan de anonimato y se pongan en valor multitud de nombres de mujeres dedicadas a las ciencias, las letras, las artes, la educación, los movimientos sociales, el feminismo? es decir una discriminación positiva más que servirá sin duda para despertar curiosidades y conciencias, que visibilice más el hecho de que la historia también la escriben las mujeres. Conozco el Colegio Público John Lennon en Fuenlabrada, pero no conozco ninguno con el nombre de Janis Joplin, un ejemplo tomado por los pelos. En muchos lugares sería imposible y las razones serían largas de explicar para el ajeno a las realidades del minifundio cultural en el que se sobrevive, en el mundo rural con las cabezas tapadas, el luto riguroso y los cerebros ortopédicos.

De todas formas saludamos con satisfacción la iniciativa, seguramente no aislada, del ayuntamiento de Culleredo, A Coruña, que recientemente ha dedicado la escuela unitaria de Celas a Amparo Prego, maestra durante dieciséis cursos; el antiguo centro de salud de Peiro que llevará el nombre de Adela Jean, maestra durante 22 años y el centro social Sagrada Familia honrará que a la poeta local, Emilia Calé, las tres nacidas a mediados del siglo XIX.

¿Qué gobernamos en nuestra vida?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/28/gobernamos-vida/1166042.html
Lamentablemente, o no, nadie nos ha pedido permiso para nacer. Recordemos aquel breve monólogo de Gila en el que contaba cómo había nacido sin haber estado su madre en casa y la bronca que le había costado la broma. De suerte que vivimos sin haber dado permiso y a lo largo de esa existencia poco gobierno tenemos, pocas decisiones importantes dependen de nosotros mismos, la familia, las iglesias, las escuelas, los médicos, las empresas, la sociedad, internet o el estado, nos van gobernando sin que podamos decir ni pío, en bajito, sin que se nos oiga demasiado.

Así va transcurriendo el tiempo hasta que pueda ser que consideremos que hasta aquí hemos llegado; pero no por nada especial, ni porque estemos desahuciados por la medicina, ni porque la depresión nos ahogue, ni porque haya ninguna angustia que nos impida sobrevivir; simplemente porque hemos llegado razonablemente al convencimiento de que las razones para vivir se han acabado.

Puede parecer muy egoísta el planteamiento, pues la persona que decida morir podría ser la que descubriese un gran remedio médico o ser un asesino en masa o ser la madre de doce hijos. Sí, también la que fallece en un accidente de tráfico o de un infarto prematuro podrían haber contribuido al progreso científico o a cualquiera de los otros supuestos.

Seguimos, desde que yo recuerdo, sin poner el ojo en el problema y tampoco lo ponemos en las consecuencias que trae ese desistimiento legal, seguimos leyendo el periódico para saber que Moncho se ha tirado del tren -lo recuerdo perfectamente- que una pareja de ancianos ha dejado abierto el gas y no se ha preocupado del brasero; pero este país es así, moralista hasta las cachas, la juventud no está recibiendo la educación ética precisa para gobernar su vida, sus límites, su despedida, el uso de sus órganos trasplantables sin tener la necesidad de tirarse de un puente o atiborrarse de pastillas.

El parlamento ha tenido esta semana la posibilidad de estudiar, otra vez y sin mayorías absolutas, la regulación de la eutanasia y la muerte digna. Otra vez se ha dejado para mejor ocasión, porque el debate social no está maduro. ¿Qué obviedad es esa? ¿Acaso está maduro para el artículo 135 de la constitución? ¿Por qué hay que seguir viajando, el que pueda, a Holanda, Bélgica, Luxemburgo para tener eutanasia activa o a Suiza para tener suicidio asistido? Seguimos como hace cuarenta años yendo, quien pudiese, a Londres a abortar el fin de semana, o a Oporto más barato o a la trapichera del pueblo que te dejaba seca y en el sitio.

Señorías, este país está mucho más preparado de lo que creen para este debate y para más, de hecho lo está resolviendo a su manera sin contar con ustedes. Déjense de mezquindades tácticas y regulen, propongan, ya opinaremos sobre sus propuestas, pero dejen de tratarnos como idiotas y mercancía para sus alianzas. En resumen, aquí las iglesias opinan para cada ciudadano que las escuche, a ustedes no les importa.

Mendizábal, misas televisadas y la lengua

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/21/mendizabal-misas-televisadas-lengua/1163764.html
Se acuerdan ustedes de haber estudiado en el instituto las desamortizaciones de los bienes de la iglesia durante el S. XIX? Aquellas leyes de Bonaparte, Argüelles, Espartero, Madoz y, sobre todo, de Mendizábal, por las que el Estado se quedaba con propiedades no productivas de las órdenes religiosas. Le llevaron a la excomunión, la hoguera ya estaba en desuso. La desamortización de Mendizábal fue en principio muy ambiciosa y tuvo notables efectos recaudatorios e ideológicos, crecieron el anticlericalismo y el antiliberalismo; lo seguimos pagando todos los años con nuestros impuestos. Pero, desde el punto de vista estrictamente social, fracasó, la división de los lotes de tierra se encomendó a comisiones municipales aliadas con los oligarcas adinerados que manipularon el sistema creando grandes lotes inasequibles a los pequeños labradores y fueron comprados por nobles terratenientes, los señores de horca y cuchillo tradicionales en el latifundio castizo, con lo que no se creó la clase media que los liberales anhelaban, otra vez vemos que la corrupción no es algo tan moderno.

De aquellos polvos salieron todos los lodos habidos y por haber, no eran las primeras guerras de religión, más o menos incruentas, con las guerras carlistas por medio, pero permítanme enlazar de un salto con la actualidad con otra suerte de intento de desamortización.

Días atrás saltó a los medios una iniciativa de Podemos reclamando que no hubiese espacios religiosos en La2. En principio, nada que objetar, ya no recordaba su existencia y, menos aún, de las religiones minoritarias. Lo sorprendente ha sido el efecto rebote y la subida de audiencia, gracias a la polémica iniciativa y a las de los medios de la caverna que la han usado para enlazarla con la insultante campaña del bus naranja atacando la libre opción sexual.

Pero no se quedó ahí la cosa, por estas tierras también nos hemos enterado algunos que TVG emite espacios religiosos que cuestan cerca de 400.000 euros y cantidades semejantes o superiores en las televisiones vasca, catalana, andaluza y hasta en las municipales. En resumen, un exceso, la conferencia episcopal se atrinchera en el tratado con el Vaticano de 1979 y en la constitución que solo es aconfesional con la boca pequeña. El laicismo es algo sencillo, el estado no reconoce ni financia ninguna religión, la católica es una corporación inmensamente rica, con medios de comunicación propios donde predicar, la COPE, 13TV y controla muchos medios locales y regionales, un coto bien parapetado para la extrema derecha que difunde mansedumbre y conservadurismo.

Pero lo verdaderamente chusco ha sido el argumento del líder de la Marea, los socios de Podemos en Galicia, que simplemente ha aplaudido la misa en gallego en la TVG, puesto que, a fin de cuentas era normalizar la lengua del país. No soy capaz de más comentarios

Nos llueven las infantas en los juzgados


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/14/llueven-infantas-juzgados/1161598.html

"El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan".

Pablo Neruda

Hace rato -ni días, ni semanas- que me estoy hartando de lo aburridas que son las crónicas de tribunales, de los sumarios enciclopédicos, de las argucias técnicas para defender lo indefendible, de las artimañas dilatorias que llevan a la prescripción del presunto delito. Creo que desde el juicio de Campamento en el que se sentaron algunos de los culpables del 23-F, para salirse de rositas, he quedado vacunado y no he vuelto a entusiasmarme siguiendo las peripecias de personajes más propios de las revistas de la víscera, que de la prensa seria. Por otro lado, la tendencia al estrellato de muchos delincuentes, de sus abogados, de sus acusadores particulares, de algunos fiscales y jueces, ha terminado con muchas paciencias; desde que allá por los 80 aquel alcalde de Jerez de la Frontera, Pedro Pacheco, fuera condenado por despacharse a gusto con la frase "la justicia es un cachondeo" y después absuelto, las cosas han cambiado mucho, hoy lo llevarían de tertuliano de plató en plató y estaría forrándose haciendo bolos; lástima que después lo pillaron prevaricando, una lástima.

El refranero es muy claro al decir lo que piensa de la justicia, por eso no se equivoca al aconsejarnos huir como de la peste. La mayoría lo intenta, quien no lo consigue se ve envuelto en pleitos, trascendentales para él, pero livianos para los profesionales que participan del evento; lo frecuente es que sea un injusto despido, una bronca para repartir una menguada herencia, un mal divorcio, la comunidad de vecinos que no se aclara, un problema de tráfico; su turno tardará mucho tiempo en ser visto y, cuando se vea, será visto y no visto; la cuerda romperá por el lado más débil.

El común de los mortales podrá intentar, está inventado hace mucho tiempo, montárselo de infanta, o de Rato, argumentando que no sabía nada, que nada le constaba y que la culpa fue del mayordomo; pero al común de los mortales este recurso no les cunde, a los poderosos, sí.

Casi me atrevería a decir que, en algún momento, todos fuimos o intentamos ser infantas, cuando de críos escapábamos de la zapatilla materna, del sopapo del maestro, de la porra corriendo delante de los guardias, de la mala leche del sargento, de la úlcera del capataz que descargaba su ira, del despotismo de la autoridad que nos multa.

Podría ser que fuésemos culpables o no, en el segundo caso nunca delataríamos al responsable, en el primero siempre trataríamos de escurrir el bulto, pero siempre nos alcanzaba la zapatilla, el guantazo, la bronca, la multa, el arresto. Por aquí abajo no nos funciona el truco de la infanta, pero aún podemos mirarnos al espejo sin olvidarnos del consejo que nos daba Francisco de Quevedo: "Donde hay poca justicia es un peligro tener razón".

07 marzo 2017

La Europa de la educación está a años luz

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/07/europa-educacion-anos-luz/1159279.html

"Nosotros no coligamos Estados, nosotros unimos a las personas"
Jean Monnet 1952
Así es, como los planetas que acaban de descubrir a distancias con ceros infinitos. Esta Europa de los mercados que regresa para quedarse intercambiando mercancías y olvidándose de las personas, nunca se preocupó de la educación, más allá de la convalidación de títulos por intereses laborales, más allá de la parte que le tocaba en los informes mercantilistas (PISA, TALIS?) y del chasco de Bolonia en la educación superior sin buenos frutos en las cosechas ya recogidas.
La razón la encontraremos en el nacionalismo con sus diferentes matices. Se le usa por motivos económicos, los más quieren formar a los suyos para que trabajen para ellos, menos en España que se les forma para emigrar. Otros motivos políticos, ideológicos, religiosos hay entre los dirigentes de las naciones que quieren perpetuarse; pocos países en Europa han trazado la línea clara entre el estado y las iglesias dominantes, que luchan como gato panza arriba defendiendo sus parcelas de poder y control.
Por aquí no nos falta de nada, habíamos dado un salto de gigante y, poco a poco, el derecho a la educación se degrada. El jueves, día 9, habrá otra jornada de protesta de la comunidad educativa recordando que quiere ser bien tratada por la ley, que las escuelas siguen abiertas y precisan medios materiales y humanos. En resumen, insistiendo como siempre en los puntos débiles.
Pero en esta Europa educativa no cuecen las habas a la misma temperatura ni se cocinan con la misma receta, hay para todos los gustos, veamos un par.
Por ejemplo, el Reino Unido tiene crisis de docentes, es decir los encuentra con dificultad y tiene problemas para que se queden en la enseñanza si les aparece otro futuro laboral, sin la sobrecarga de trabajo y los bajos salarios que padecen. Seis sindicatos de la enseñanza se han unido para defender estas reclamaciones ante las administraciones, que hasta ahora han ignorado el problema de atraer y conservar buenos profesionales en sus aulas, sin salarios en caída libre, sin las presiones administrativas que soportan.
Frente a este escenario ya se imaginan que tendríamos que poner el idílico panorama finlandés, con docentes duramente seleccionados, perfectamente filtrados y formados, que -con su disciplina luterana- adquieren un compromiso al servicio de estudiantes y familias a cambio de respeto, reconocimiento social y un salario digno, pero no elevado. El espíritu comercial no tiene espacio en un sistema educativo, que se rige por una especie de código ético que recientemente han suscrito 16.000 docentes en el congreso Educa, del sindicato OAJ, comprometiéndose a respetar los valores más elementales de justicia y equidad en la escuela, a poner sus conocimientos y esfuerzos al servicio del crecimiento personal e individual del alumnado. En fin, no hay Europa en la educación, pese a Aristóteles, Séneca o Averroes.

Nos conformamos con poco en martes de Carnaval

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/02/28/conformamos-martes-carnaval/1156955.html

"Los españoles han echado al último Borbón, no por Rey, sino por ladrón".
Ramón María del Valle-Inclán.
Un día como el de hoy, martes de Carnaval, pese a que vemos lo que vemos a diario, en la mayoría de casos, somos complacientes con nuestra realidad mientras damos cuenta -a mantel puesto- de las diferentes partes del puerco degustadas en estas fechas además de los postres y licores; en resumen, estamos satisfechos ya que hemos protestado con unas cuantas coplas o chirigotas, nos hemos burlado del poderoso con un gracioso disfraz, nos rebelamos mandándonos mensajes al móvil con montajes ocurrentes criticando y burlándonos de Blesa, Rato, la Infanta, su socio, el presidente murciano o cualquier otro que estos días esté en el candelero judicial sin pisar penitenciaría alguna.
Esta es la realidad; incluso cuando tratamos de cambiarla, aceptamos a la perfección que gran parte de lo que vemos sirve para sustentar aquello que internamente valoramos de forma negativa y elevamos a héroes que encarnan lo mejor de la sociedad a los dudosos que, a pesar de no tener un comportamiento ejemplar, suponemos que gozan de un buen fondo.
Podemos escoger tres enfoques al enfrentarnos con estos personajes, desde abajo, los admiramos; nos compadecemos de su realidad de igual a igual o nos elevamos moralmente y los juzgamos.
En la trilogía Martes de Carnaval (1930), Valle-Inclán no habla de la fiesta de hoy, habla de Marte, el dios de la guerra, y de los "martes", los poderosos y sus ejércitos ridículos en una especie de Carnaval perpetuo, en un esperpento.
Así explicaba Valle-Inclán qué es el esperpento, proyectar una imagen grotesca de la realidad para poder apreciarla mejor, plasmando en las voces de sus personajes las críticas directas al sistema según le importa. Allí fueron reunidas por compartir críticas sobre todo al estamento militar o sobre el concepto de honor y además de, por supuesto, ser una corriente de pensamiento generalmente contraria a las fuerzas superiores: gobierno (críticas a Primo de Rivera), Iglesia (justificadora generalmente del honor calderoniano) o el ejército, como revelan las actitudes de los personajes militares de los tres esperpentos (valgan sus personajes principales: el profanador Juanito, el desgraciado don Friolera y el golpista General).
Nos puede sorprender y desagradar que alguien se haga con el atuendo de un enterrado, o que se asesine a quien se ama por la honra o que, ante un equivocado asesinato, haya quien trate de sacar provecho; pero lo cierto es que nuestro mundo está repleto de casos peores, y al final lo que más nos duele es que Valle-Inclán esté apuntando a las llagas que como sociedad tratamos de ocultar.

Estos tres esperpentos no son solo una denuncia contra la corrupción del ejército, contra los "martes", militares fantochescos, ellos solo son el símbolo de una sociedad corrupta por acción de corruptores y corrompidos o por omisión de los espectadores, nosotros, que ya no necesitamos tantos espejos deformadores para saber de qué realidad somos cómplices.