08 febrero 2018

¿Escaramuzas rocambolescas?


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/02/06/escaramuzas-rocambolescas/1260752.html




¿ESCARAMUZAS ROCAMBOLESCAS?

“Se ha leído los cuarenta tomos de Rocambole”

“Daban más miedo que el Rocambole”

Las cinco advertencias de Satanás. Enrique Jardiel Poncela. (1935)



Mientras, la vida sigue; me refiero a la laboral, la económica, la de la migración forzada por motivos varios; sigue porque nos persiguen realidades casi virtuales, como las que dicen se ven con esa especie de gafa de buzo de realidad aumentada.

Pues eso, mientras todo fluye –maldita expresión de moda- nos encontramos ante señores fugados a los que la policía no persigue, señores juzgados que se presentan ante un tribunal mofándose y pretendiendo dilatar procesos, presidentes que tienen que mirar a ver qué hacen con las trincheras salariales y con los recursos necesarios para evitar más sangre a manos de los depredadores de las carreteras secundarias. Mientras todo eso ocurre no se me viene a la memoria nada más que Scaramouche un personaje de la comedia del arte –junto a criados, y enamorados-   dentro del triángulo satírico del poder: el económico, el intelectual y, el suyo, el militar, el capitán que resuelve pequeñas y rápidas riñas, escaramuzas de matamoros con el traje negro de los españoles en Nápoles, presumiendo de alta cuna y gloriosa existencia, a pesar de ser simples bufones. El uniforme y la geografía la pueden actualizar a su gusto.

Quizá también fuere el momento de rebuscar en “Las aventuras de Rocambole”, el mítico personaje literario creado, a finales del siglo XIX, por el vizconde francés Pierre Alexis Ponson de Terrail aventurero en busca de emociones encabezando la guerrilla contra los alemanes en la guerra franco-prusiana de 1870, huido a Burdeos para morir, quemado su castillo y desbaratado su pequeño ejército.

Su personaje de ficción, Rocambole, intrépido y ladrón, huérfano adoptado por una retorcida vieja, se emplea en todo tipo de tropelías hasta que es atrapado y da con sus huesos en la cárcel. Diez años entre rejas son suficientes para redimirlo. Astuto, hábil, elegante, cojo, vengador, los más atrevidos le encuentran tras la inspiración de Dickens para crear su David Copperfiel y más allá, tras la sombra de los personajes de Arthur Conan Doyle y del Arsenio Lupin de Maurice Leblanc. Ya me parecen fuera de lugar extrapolaciones que ven en él a personajes como Battman, James Bond, el doctor House o las aventuras de Tintín. El caso es que el personaje nace del género gótico, llega al folletín de aventuras y, más tarde, a la novela gráfica; sólo en trece años, desde que el autor lo hace vivir en 1857 hasta que muere con su creador en 1871.

Del personaje y sus aventuras surgió la expresión rocambolesco, que señala cualquier acción audaz o inverosímil como la que consiguió convertir a Rocambole  en un héroe camaleónico con todos los atractivos de la ficción, amparado por un noble, presidiario, líder de una banda de ladrones, elegante, vengador, conocedor de secretos. Seguro que conocemos a suficientes personajes rocambolescos que nos envuelven en sus escaramuzas.


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