02 mayo 2017

El 2 de mayo y Lluís Llach me indigestan


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/05/02/2-mayo-lluis-llach-indigestan/1176942.html


Me pasa con frecuencia, no entiendo las revueltas patrióticas, no creo que en 1808 me alinease con los curas sublevados contra el francés. Es una pena que Lluís Llach no hubiese escogido esta fecha para sus gloriosas declaraciones sobre su soberanía, su independencia y qué hará con la memoria del abuelo Siset y la estaca que todos contribuimos a que cayera para que él pudiera seguir vendiéndonos discos y entradas a los conciertos; pero mejor no hacer caso a estas fantasmadas, si no pasan de anécdota a categoría. De lo contrario, habría que tirar otra estaca, si toca lo intocable, la libertad.

Con el 2 de mayo, con Daoíz y Velarde, con las guerrillas de patente nacionalcatólica, y demás aventuras me pasa algo parecido, me lo creí en su momento -de niño- y crecí un tiempo sin ponerlo en duda hasta que pasó lo que pasó y, por fin, leí y supe que lo cierto es que la guerrilla estaba integrada por desertores cercanos al bandidaje, por campesinos, curas absolutistas.

Para empezar, muy pronto confirmé que el bueno de Goya era un afrancesado de libro y que las imágenes que nos inoculaban - La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo- no eran la narración de la valentía y el heroísmo de un pueblo. Dicen que cerca de 500 muertos en 48 horas, en nombre de la épica y el romanticismo, sin que se cuenten entre ellos ni un duque, ni un humilde conde, ni un simple señorito. Nadie crea que eso lo pintó Goya cuando ocurrieron los hechos, movido por un sentimiento patriótico. Lo pintó seis años después, cuando Fernando VII retomó el poder, en 1814, cuando Goya le comunicó al gobierno "su deseo ferviente de perpetuar por medio del pincel las escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa". Goya estaba señalado como traidor así que se libró de esta manera de la muerte.

Todos baleados por los franceses que llevaban un mes allí, a mesa y mantel, porque el bobo de Fernando VII esperaba su reposición inmediata, es decir, nada de levantamiento heroico, solo un Madrid vendido a la matanza y el desastre por dos borbones geniales, Carlos IV y Fernando VII. Es cierto que el francés levantaba ampollas; pero los que se paraban a pensar un ratito, querían que la Ilustración llegase a España y por eso los preferían antes que a los lisiados de la flor de lis de los borbones.

Lo fundamental es que, gracias al agobio de Goya, conservamos pintura antibelicista, de la guerra como el mayor de los horrores. Ni ejércitos épicos, ni soldados heroicos. Solo hombres, vecinos, con el espanto en el rostro. En fin, que ni el pueblo fue una piña ni todos estaban en contra de Napoleón, ni el conflicto fue el mismo en toda España, ni los guerrilleros ni las élites estaban de acuerdo sobre qué régimen político apoyarían. Solo un país dividido entre absolutistas y liberales.

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