11 junio 2013

¿Quién gana si desaparece la selectividad?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/06/11/gana-desaparece-selectividad/731246.html


Respuesta rápida y sin dudas: aquellos que venden y compran buenas notas, los que puedan pagar la educación superior que deseen, después del hachazo a las becas que se avecina. Tocará fondo lo que ya ha durado más o menos 40 años si triunfan los planes que maquina el ministro del ramo.
La aspiración de las familias, en aquellos años sesenta, era que el chico acabase el bachillerato superior para colocarse en un banco y las chicas, si se empeñaban mucho, podían hacer oposiciones de auxiliar a ministerios. Eso ya era un triunfo, un salto en el escalafón social, los retoños ya no dependerían del trabajo manual como sus padres y tendrían menos problemas para disfrutar de nevera, televisor y utilitario. Desde el desarrollismo franquista avalado por Roma y EEUU imperaba esa suerte de milagro económico que a todos deslumbraba frente al recuerdo de las penurias de la posguerra. Llegar hasta allí era a menudo un esfuerzo económico ímprobo, puesto que el Estado no estaba por la labor de extender la red de institutos públicos y las familias tenían que acudir a las puertas de un negocio privado muy rentable, sobre todo para las sotanas.
Aquello sí que era la ley del esfuerzo que añora Wert, de la sangría económica de los sectores más débiles y de la sumisión humillante de un alumnado que se esforzaba buscando una recompensa, mínima, pero accesible.
Pero como la sociedad siempre va más veloz que las mentes pensantes de sus dirigentes, la confusión reinante entre los miopes tardofranquistas, por un lado, y los aperturistas con catalejo, por otro, fue aprovechada por quienes aspiraban a un cambio real y agitaron el cotarro para que a la universidad aspirasen algunos más que los hijosdalgo de toda la vida. La sociedad se vio desbordada de bachilleres aspirantes a médicos, abogados, ingenieros? y en la ya masificada universidad no era posible encontrar hueco para todos, la presión ciudadana tiene altavoces e, incluso desde la casta de los mandarines, surgen catedráticos que reclaman igualdad de oportunidades en el acceso a la educación superior. Nació allí una fiebre del oro que aún perdura, pero que fue mudando en calentura de hojalata por la rápida proletarización de los titulados. En ese momento se implanta el filtro de la selectividad como dique de control para el acceso a una universidad raquítica y elitista, con apertura de compuertas de desagüe según la demanda laboral y las presiones corporativas.
La enseñanza superior aumentó la oferta y la selectividad pasó a ser un instrumento igualador para que alumnado procedente del sistema público y del privado pasase por el mismo tamiz, teóricamente equitativo.
Seguramente se le pueden seguir haciendo las mismas críticas desde hace décadas, el COU o el 2º de bachillerato actual sirvieron para aprender a aprobar esas pruebas; seguramente sus formatos y contenidos son manifiestamente mejorables; pero la reforma amenazante la suprime para que cada universidad seleccione a sus alumnos, como en las películas americanas en las que la hucha del bebé recién nacido atesora para que el niño vaya a Yale, si no es becado como as del baloncesto.
Conclusión: un paso atrás si usted no tiene una cuenta corriente muy saneada o los méritos académicos de su criatura no son atractivos para una universidad americana o alemana?. un suponer. También hay atajos: en el centro geográfico de Galicia, con la chequera bien dispuesta, hay algún centro que facilita lo que haga falta en el expediente académico.http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/06/11/gana-desaparece-selectividad/731246.html

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