04 noviembre 2008

Los mundos de Sofía y Obama

Anda la progresía de este país alborotada hoy por la posible victoria de Obama en la elecciones de los EEUU de Norteamérica, parece que les va la vida en ello, no sé hasta qué punto las ansias de que no salga otro energúmeno como presidente y una provocadora como vicepresidenta, compensan el hecho de aceptemos a Obama como si nos visitase la panacea universal en forma de senador. No deja de ser un señor de derechas de toda la vida que empieza o termina los mítines rezando. Indudablemente es un defensor de los derechos civiles -nunca entendí qué son los derechos no civiles-, es decir no tiene problemas con la discriminación racial y esas cosillas; pero, que su oponente y sus admiradores -abogados asociados a la política del mal menor- le traten de socialista y poco menos que de rojo peligroso, es una exageración. Es asimilable a la derecha europea con algunos tics difícilmente homologables. Su programa económico y social no creo que tropezase mucho con el de Esperanza Aguirre. Por lo tanto será saludable que hoy le voten, por pura higiene democrática si así aumenta la participación de por sí ridícula; pero que nadie espere cambios sociales internos importantes ni grandes gestos en la política internacional, siempre sujeta a las ataduras de la industria militar y a la petrolífera.Tampoco entiendo mucho el revuelo por las supuestas declaraciones de la reina Sofía que sirven de base al libro de Pilar Urbano. Vamos a ver, ¿cuál es el problema? Si el conflicto es que la mujer hace declaraciones, que por ley se le prohíba, a ella y a su familia. Si lo inaceptable es el contenido de las declaraciones, entonces algunos tienen un problema añadido, porque son inocentes de solemnidad. A nadie le cabía la más mínima duda del integrismo católico de la Reina, en caso contrario al interfecto le haría falta un buen cursillo acelerado de inmersión en la actualidad. Pero lo curioso y lo que quiero comentar son los aledaños al hecho en cuestión: cómo y por dónde se filtran las noticias, cuáles son las primeras reacciones y las contradicciones entre responsables próximos, que sea la supuesta izquierda la que se mantenga en posición de firmes en defensa de la institución.El ataque a la monarquía, si es que lo hay, viene de la mano de una destacada periodista del Opus Dei, que tiene todavía sin aclarar sus actuaciones antes y después del 23-F. Átense los machos porque en los momentos de crisis es cuando la izquierda se queda sin clientela y la derecha se ve superada por los salvadores de las patrias, populistas y neofascistas. No estamos ante las declaraciones de una abuela cebolleta, homologables a las salidas de tono de Carlos de Inglaterra o las espantadas de Balduino de Bélgica, sino ante una pica de la ultraderecha captando voluntades de los más débiles.En resumen, tenemos reyes por la gracia de Dios, que ellos se lo guisen y ellos se lo coman, mientras sirvan para algo que sigan cobrando el sueldo, cuando no se lo ganen ya se pensará en otra cosa

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