25 abril 2017

Algún día habrá que recuperar la vergüenza

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/04/25/dia-habra-recuperar-verguenza/1174693.html

"Que el príncipe no se preocupe de incurrir en la infamia de estos vicios, sin los cuales difícilmente podrá salvar al Estado".

El príncipe, Maquiavelo.

No sé qué más habrá pasado hasta hoy martes, pero estoy viendo a la ciudadanía enardecida, enervada con los casos de corrupción recién asomados a la justicia, a los votantes de los presuntos culpables denunciando e indignándose en los autobuses, en los bares, esperando el turno de la pescadería; no se habla de otra cosa, el pueblo municipal y espeso se reafirma en que, a estos que se lo llevaron crudo, no los votarán ni los vecinos de la escalera. Una pena, no tienen vecinos de escalera, ni de portal, solo de nube financiera, porque la política ya no da más de sí.

Ya supongo que el burdo intento de ironía no les ha convencido; pero las malas prácticas llevan siglos de historia y parecen inherentes al ser humano. En el fondo, ¿lo que ocurre hoy es tan grave?, ¿es y ha de seguir siendo así, toree quien toree?

Tenemos ejemplos, no en democracia, pero ejemplos. En el reinado de Ramsés IX, 1100 (a.n.e.), en Egipto, se documenta el Tebasgate, cuando Peser, antiguo funcionario del faraón, denunció a una banda de profanadores de tumbas.

En la Grecia clásica y en la descontrolada Roma imperial, no nos detendremos, Demóstenes o Pericles visitarían hoy la Audiencia Nacional; ya dijo Cicerón: "Quienes compran la elección a un cargo se afanan por desempeñar ese cargo de manera que pueda colmar el vacío de su patrimonio". De Julio César se recuerda "La ropa de sus gobernadores estaba llena de bolsillos".

En la Edad Media tampoco nos deleitaremos, ya sabemos que en aquel momento robar pasa a ser pecado católico -de los de confesarse y hacer tabla rasa-, los impuestos feudales no eran más que protección mafiosa a cambio de algo de tierra prestada.

Dante sitúa a los corruptos en el octavo círculo del infierno de la Divina Comedia, pero sufrió el exilio por sus chanchullos, prevaricaciones y cohechos y el papado de los Borgia merecería una antología de la amoralidad.

Pasamos de largo por la bancarrota de nuestros siglos de oro, para recordar cómo la llegada de Robespierre trajo un breve aire fresco, el jacobino Saint-Just se vio obligado a reconocer que "nadie puede gobernar sin culpas". Napoleón concedía robar un poco y administrar con eficiencia.

La llegada de la revolución industrial aumentó las prácticas ilegales, Madame Caroline, protagonista de El dinero, de Émile Zola, retrata sin piedad las costumbres de la época: "En París el dinero corría a ríos y corrompía todo. Winston Churchill asiente que "un mínimo de corrupción sirve como un lubricante de la máquina de la democracia".

Rajoy tiene enciclopedia y banquillo para aburrir, pero el esclavismo, los señores feudales, el antiguo régimen, todos han pasado a mejor vida; arrieritos somos.

Y Wert volvió, como McArthur, para sacar pecho


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Yo, en el Congreso, soy un portento de humildad. José Ignacio Wert (22 de octubre de 2013)

Ha pasado casi un mes y me prometí estar callado, no lo he conseguido. Fue ya al final de marzo, a iniciativa de Unidos-Podemos y aún no entiendo la razón, cuando el ínclito llegó convocado a la subcomisión del Congreso encargada del Pacto Educativo a la que van acudiendo representaciones sociales, sindicales, científicas y demás, para dar su opinión sobre cómo ha de ser el necesario acuerdo, pero a los convocados se les supone la voluntad; llamarlos para darles un altavoz de lujo y que se hagan propaganda, es tontería; es más útil que se la paguen en la prensa.

Aunque no se lo crean, en toda su comparecencia no se refirió -ni en su exuberante exposición ni en las respuestas- a la Lomce, no la nombró ni una vez, solo habló de sus logros, sus preocupaciones, sus esfuerzos y la desgana del resto de los partidos empeñados en hacerle la puñeta. Pero hubo autocrítica, no se crean que este portento de humildad no es capaz, confesó que por culpa de la crisis, "hubo muchas decisiones subóptimas", a ver si ponen este palabro en la selectividad de este año, y qué dicen los correctores, no sé si se incluye entre los malentendidos de las evaluaciones o reválidas, a remojo por lo de ahora.

Por cierto, sí fue preguntado por estas paralizaciones, si le afectaban y no dudó en afirmar que "a mi edad, no me siento desacreditado por nada". Ancha es Castilla, paisanos y paisanas; ya que tenemos una edad -o dos edades- podemos decir y hacer lo que nos venga en gana, tenemos patente de corso, por lo menos él la tuvo para llenar la sesión de gráficas y porcentajes para maquillar su ley en un "período de extraordinaria dificultad", un "periodo de restricción fiscal", un decir, él pasaba por allí.

Es una penosa desgracia ver que gracias a él el profesorado en los centros y, lo que es peor, el que se prepara para opositar trabaja con unas normas rígidas en las que la innovación y las metodologías activas aparecen en un anexo, de página y media, de una orden posterior de 2015 en la que se ofrecen orientaciones para facilitar el desarrollo de estrategias que permitan trabajar por competencias.

Fíjense en un par de detalles, por favor, la ley tiene 64 folios, en todos ellos la palabra innovación aparece nombrada en 4 ocasiones y la palabra evaluación, 180. ¿La ley estaba pensada para el progreso y el futuro? Seguramente sí, pero no de la enseñanza pública. Un burócrata solo podría estar pensando en más burocracia, no en espacios para el trabajo colaborativo, sino en cientos de páginas para evaluar estándares de aprendizaje. Decenas de tablas cuya repercusión real en la práctica docente es el aumento de burocracia.


14 abril 2017

El 'efecto Streisand' o el cochino mal capado

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/04/11/efecto-streisand-o-cochino-mal/1170567.html

Últimamente parece que vivimos tiempos agrios, en los que a todo se le buscan las vueltas, se malinterpreta y hay que llevarlo al juzgado, como si allí no tuviesen más faenas importantes que ocuparse de mensajes de texto malsonantes, chistes anticuados, burlas más modernas y frivolidades varias. Además creo que está ocurriendo lo que desde hace años se viene llamando efecto Streisand; desde que en 2005 Barbra Streisand denunció a Kenneth Adelman por hacer fotos aéreas en las que aparecía su casa; por supuesto, solo consiguió que un hecho intrascendente pasase a tener gran repercusión mediática, es decir, le salió el cochino mal capado o el tiro por la culata, como gusten usar el refranero.

A poco que hagamos memoria nos llegan al magín persecuciones como la de la inquisición contra el Lazarillo de Tormes convirtiéndolo en un fenómeno sociológico en su tiempo, ediciones clandestinas e, incluso, manuscritas.

También recordarán el berrinche que pilló el magnate de la prensa William R. Hearst cuando lanzó toda su artillería periodística contra Orson Wells y Ciudadano Kane por verse, lógicamente, representado en la película. Hoy todos recordamos a Wells y a Kane, pero pocos a su inquisidor.

Retocar las fotografías para que desaparezcan personas inconvenientes también es viejo truco, desde la famosa arenga de Lenin en la que originalmente aparecía Trosky a la derecha del estrado, hasta que desapareció, primero de la foto y después del mapa; hasta la retocada imagen de la entrevista de Franco y Hitler en Hendaya, que hubo de ser recompuesta por la escasa estatura de nuestro dictador.

Internet y las redes sociales cada vez dan más sustos, recuerden por ejemplo a Mariano Rajoy y su famoso vídeo Viva el vino, que se quiso hacer desaparecer, que se quiso doblar, que se quiso enmudecer y solo aumentó su difusión.

Secuestrar la revista El jueves hace años por una caricatura de los príncipes en situación íntima, hizo florecer reproducciones en todos los medios legales o no.

No sé si alguien piensa que le hace algún favor a las víctimas del terrorismo juzgando a la gente por reproducir antiguos chistes de Carrero Blanco o del Valle de los Caídos, se equivoca, porque la verdad es que el efecto llamada va camino de dejar al Streisand en mera anécdota, casi les sugiero a los de la secta paramilitar El Yunque, su pantalla HazteOír y demás hierbas, que busquen otra táctica.

Que se ocupe tanto espacio en las noticias con estas aparentes cortinas de humo para desorientarnos, es grave, pero es más aún cuando son verdaderos aludes de nieve para sepultarnos; pero creo que ya es un poco tarde para ahogar la libertad de expresión. De todas formas puede ser que reverdezca el tono de La Codorniz, aquella revista que se publicaba cuando reinaba un fresco general llegado del N.O. y se enseñaba la regla de tres con el sillín es a sillón como cojín es a X y me importa 3X que me cierren la edición.

Los centros educativos en femenino

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/04/04/centros-educativos-femenino/1168340.html

Como todo el mundo, uno ha trabajado en sitios muy raros, uno de ellos era una especie de academia de pisos, muy céntrica, cuyo nombre hacía referencia a los espíritus celestes creados no se sabe bien por quien, y, en particular a los que pertenecen al último de los nueve coros; pero en su original nombre no se hacía referencia a su género ni a su sexo. Ir allí no costaba trabajo, pese al ínfimo salario y a los prepotentes niños pijos que pagaban la mensualidad.

Dejando atrás anécdotas que poco vienen al caso, pongámonos de acuerdo en la poca importancia se le suele dar al nombre de un centro educativo; incluso los más antiguos conservan referencias poco concordantes con la Ley de Memoria Histórica, cuando no son claramente ilegales. Afortunadamente van quedando menos casos, pero la memoria no falla y aún recuerdo sargentos provisionales, generalísimos, innombrables ministros y el santoral completo.

Así mismo, nos encontramos con gran cantidad de centros que se denominan simplemente haciendo referencia al lugar de su enclave; no es intrínsecamente negativo, pero se desperdicia la ocasión para vincular el centro a un personaje destacado, propio del lugar o no.

La reflexión que quiere introducir este folio va dirigida a las comunidades educativas de los centros escolares sugiriendo que mediten con más detenimiento la elección del nombre del centro.

Constatamos que el número de colegios e institutos con nombres que homenajeen a mujeres destacadas en su tiempo, en cualquier actividad, es escasísimo. Por supuesto, y sin restar méritos, puede parecer que no hay más mujeres que Rosalía, Pardo Bazán o Concepción Arenal, que sin duda han de seguir teniendo sus reconocimientos; pero desde hace tiempo barrunto y observo que conviene que salgan de anonimato y se pongan en valor multitud de nombres de mujeres dedicadas a las ciencias, las letras, las artes, la educación, los movimientos sociales, el feminismo? es decir una discriminación positiva más que servirá sin duda para despertar curiosidades y conciencias, que visibilice más el hecho de que la historia también la escriben las mujeres. Conozco el Colegio Público John Lennon en Fuenlabrada, pero no conozco ninguno con el nombre de Janis Joplin, un ejemplo tomado por los pelos. En muchos lugares sería imposible y las razones serían largas de explicar para el ajeno a las realidades del minifundio cultural en el que se sobrevive, en el mundo rural con las cabezas tapadas, el luto riguroso y los cerebros ortopédicos.

De todas formas saludamos con satisfacción la iniciativa, seguramente no aislada, del ayuntamiento de Culleredo, A Coruña, que recientemente ha dedicado la escuela unitaria de Celas a Amparo Prego, maestra durante dieciséis cursos; el antiguo centro de salud de Peiro que llevará el nombre de Adela Jean, maestra durante 22 años y el centro social Sagrada Familia honrará que a la poeta local, Emilia Calé, las tres nacidas a mediados del siglo XIX.

¿Qué gobernamos en nuestra vida?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/28/gobernamos-vida/1166042.html
Lamentablemente, o no, nadie nos ha pedido permiso para nacer. Recordemos aquel breve monólogo de Gila en el que contaba cómo había nacido sin haber estado su madre en casa y la bronca que le había costado la broma. De suerte que vivimos sin haber dado permiso y a lo largo de esa existencia poco gobierno tenemos, pocas decisiones importantes dependen de nosotros mismos, la familia, las iglesias, las escuelas, los médicos, las empresas, la sociedad, internet o el estado, nos van gobernando sin que podamos decir ni pío, en bajito, sin que se nos oiga demasiado.

Así va transcurriendo el tiempo hasta que pueda ser que consideremos que hasta aquí hemos llegado; pero no por nada especial, ni porque estemos desahuciados por la medicina, ni porque la depresión nos ahogue, ni porque haya ninguna angustia que nos impida sobrevivir; simplemente porque hemos llegado razonablemente al convencimiento de que las razones para vivir se han acabado.

Puede parecer muy egoísta el planteamiento, pues la persona que decida morir podría ser la que descubriese un gran remedio médico o ser un asesino en masa o ser la madre de doce hijos. Sí, también la que fallece en un accidente de tráfico o de un infarto prematuro podrían haber contribuido al progreso científico o a cualquiera de los otros supuestos.

Seguimos, desde que yo recuerdo, sin poner el ojo en el problema y tampoco lo ponemos en las consecuencias que trae ese desistimiento legal, seguimos leyendo el periódico para saber que Moncho se ha tirado del tren -lo recuerdo perfectamente- que una pareja de ancianos ha dejado abierto el gas y no se ha preocupado del brasero; pero este país es así, moralista hasta las cachas, la juventud no está recibiendo la educación ética precisa para gobernar su vida, sus límites, su despedida, el uso de sus órganos trasplantables sin tener la necesidad de tirarse de un puente o atiborrarse de pastillas.

El parlamento ha tenido esta semana la posibilidad de estudiar, otra vez y sin mayorías absolutas, la regulación de la eutanasia y la muerte digna. Otra vez se ha dejado para mejor ocasión, porque el debate social no está maduro. ¿Qué obviedad es esa? ¿Acaso está maduro para el artículo 135 de la constitución? ¿Por qué hay que seguir viajando, el que pueda, a Holanda, Bélgica, Luxemburgo para tener eutanasia activa o a Suiza para tener suicidio asistido? Seguimos como hace cuarenta años yendo, quien pudiese, a Londres a abortar el fin de semana, o a Oporto más barato o a la trapichera del pueblo que te dejaba seca y en el sitio.

Señorías, este país está mucho más preparado de lo que creen para este debate y para más, de hecho lo está resolviendo a su manera sin contar con ustedes. Déjense de mezquindades tácticas y regulen, propongan, ya opinaremos sobre sus propuestas, pero dejen de tratarnos como idiotas y mercancía para sus alianzas. En resumen, aquí las iglesias opinan para cada ciudadano que las escuche, a ustedes no les importa.

Mendizábal, misas televisadas y la lengua

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2017/03/21/mendizabal-misas-televisadas-lengua/1163764.html
Se acuerdan ustedes de haber estudiado en el instituto las desamortizaciones de los bienes de la iglesia durante el S. XIX? Aquellas leyes de Bonaparte, Argüelles, Espartero, Madoz y, sobre todo, de Mendizábal, por las que el Estado se quedaba con propiedades no productivas de las órdenes religiosas. Le llevaron a la excomunión, la hoguera ya estaba en desuso. La desamortización de Mendizábal fue en principio muy ambiciosa y tuvo notables efectos recaudatorios e ideológicos, crecieron el anticlericalismo y el antiliberalismo; lo seguimos pagando todos los años con nuestros impuestos. Pero, desde el punto de vista estrictamente social, fracasó, la división de los lotes de tierra se encomendó a comisiones municipales aliadas con los oligarcas adinerados que manipularon el sistema creando grandes lotes inasequibles a los pequeños labradores y fueron comprados por nobles terratenientes, los señores de horca y cuchillo tradicionales en el latifundio castizo, con lo que no se creó la clase media que los liberales anhelaban, otra vez vemos que la corrupción no es algo tan moderno.

De aquellos polvos salieron todos los lodos habidos y por haber, no eran las primeras guerras de religión, más o menos incruentas, con las guerras carlistas por medio, pero permítanme enlazar de un salto con la actualidad con otra suerte de intento de desamortización.

Días atrás saltó a los medios una iniciativa de Podemos reclamando que no hubiese espacios religiosos en La2. En principio, nada que objetar, ya no recordaba su existencia y, menos aún, de las religiones minoritarias. Lo sorprendente ha sido el efecto rebote y la subida de audiencia, gracias a la polémica iniciativa y a las de los medios de la caverna que la han usado para enlazarla con la insultante campaña del bus naranja atacando la libre opción sexual.

Pero no se quedó ahí la cosa, por estas tierras también nos hemos enterado algunos que TVG emite espacios religiosos que cuestan cerca de 400.000 euros y cantidades semejantes o superiores en las televisiones vasca, catalana, andaluza y hasta en las municipales. En resumen, un exceso, la conferencia episcopal se atrinchera en el tratado con el Vaticano de 1979 y en la constitución que solo es aconfesional con la boca pequeña. El laicismo es algo sencillo, el estado no reconoce ni financia ninguna religión, la católica es una corporación inmensamente rica, con medios de comunicación propios donde predicar, la COPE, 13TV y controla muchos medios locales y regionales, un coto bien parapetado para la extrema derecha que difunde mansedumbre y conservadurismo.

Pero lo verdaderamente chusco ha sido el argumento del líder de la Marea, los socios de Podemos en Galicia, que simplemente ha aplaudido la misa en gallego en la TVG, puesto que, a fin de cuentas era normalizar la lengua del país. No soy capaz de más comentarios